3 metros sobre el cielo

Narra la historia de dos jóvenes que pertenecen a mundos opuestos. Es la crónica de un amor improbable, casi imposible pero inevitable que terminará arrastrándolos en un frenético viaje iniciático en donde juntos descubrirán el primer gran amor. Ella (María Valverde) es una chica de clase media-alta que está educada en la bondad, en la inocencia y en las normas. Él (Mario Casas) es un chico rebelde, impulsivo, inconsciente, aficionado al riesgo y al peligro encarnado en un sinfín de peleas y carreras ilegales de motos, al límite del sentido común.

Tres metros sobre el cielo es en definitiva la historia del chico malo que se enamora, y enamora, a la chica de la película. Un pandillero, aficionado a la velocidad y a vivir peligrosamente. Y peligrosamente irreal, o al menos algo pasado de vueltas. Mario Casas hace de galán juvenil y sin su tirón mediático la película no tendría más camino que el marcado -o el arrancado-. La película se mueve por los más habituales estereotipos del género. Tal vez se podría haber aprovechado para colocar algo de moraleja al asunto, pero en fin, como se suele decir, por lo menos los chicos son guapos y las carreras son trepidantes.